Primavera

Primavera

sábado, 28 de febrero de 2009

La dureza de la inmigración

Cayucos

El drama de la inmigración nos toca día a día. ¡Cuánta esperanza se trunca en medio del océano!, ¡cuántos hijos de tantas madres que pierden lo que más quieren en este mundo! Ese dolor se expresa en el monólogo " Nuestros hijos",contenido en un documental de la 2 de Televisión Española.Mi agradecimiento al abogado Javier Galparsoro por habérmelo hecho llegar.

“ Nuestros hijos”


Mi hijo muere cada tarde en el mar
Mi hijo tiene 18 años, y 26 y 32
Tiene todas las edades en las que hay fuerza, pasión y deseos
Mi hijo sabe que la felicidad no consiste en tener cosas
Pero sabe que hay cosas imprescindibles
Por eso no pospone su derecho a vivir,
A habitar una casa humana,
A compartir con otros que siempre son sus semejantes
Su historia, su tristeza y sus sueños.


Mi hijo aprendió a aprender
Mi hijo estudió, mi hijo trabajó en todos los oficios
Mi hijo se respeta a sí mismo, respeta a su tierra,
Ama y es amado.

Mi hijo no nació para morir en el mar
Ningún Dios lo castigó
Ninguna maldición lo obliga a ser esclavo

A mi hijo lo mata cada tarde una forma de entender el mundo
Una manera criminal de gobernar
En la que el ser humano no es lo prioritario
Porque el hombre todavía no cotiza en bolsa
Porque los expoliados y olvidados no llenan los bolsillos
De los mil veces malditos que condenan a muerte a mi hijo y luego besan con reverencia la moneda donde invocan a un Dios.

Con esa moneda que invoca a Dios y con otras en que aparecen patrias,
Los hombres que matan a mi hijo han comprado todas las perversiones y han cometido
Todas las ignominias.

Mi hijo es negro, es indio, es blanco, es pobre
El mundo es suyo, no lo parí en Marte,
No nació con un destino animal porque nació humano.

Mi hijo, cuando muere cada tarde
Seguirá viniendo a esta costa de Europa y del mundo
Con su mirada valiente y abierta.

Mi hijo no se rinde
Necesita hacernos comprender que sin él no estamos todos.

Mi hijo cuando muere nos deja empequeñecidos
Y él no quiere que su muerte haga desaparecer de la tierra
Las palabras más hermosas y los conceptos que nos dignifican.

Mi hijo no puede seguir muriendo
Porque con él está muriendo nuestra civilización”.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Adiós España, ... Adiós

Flor María llegó a España en 2000 desde Zamora Chnchipe en Ecuador. Se instaló en Pamplona, en donde la esperaba su hermana Carmen. Aunque al principio estuvo en situación irregular, pronto consiguió los papeles siendo contratada por una pareja de ancianos a los que cuidadaba con mucho esmero. Pronto puedo mandar dinero para la crianza de sus hija Ana y Elisa de 8 Y 6 años respectivamente. Las había dejado con su madre,Yolanda. El padre de sus hijas hacía tiempo que había desaparecido sin dejar rastro. En Pamplona, Flor María conoce a Vinicio, otro ecuatoriano soltero y si hijos que había sido contratado como peón de la construcción. Pronto, Flor María deja de ser interna y se va a vivir con Vinicio. Ella siempre manda dinero a su madre para mantener a sus hijas. Le sobra un dinerito. Ella y Vinicio compran un piso, que van pagando poco a poco. Flor también tiene la hipoteca de su vivienda Ecuador, y también la va pagando, ella trabaja también los fines de semana en un bar y así va afrontando sus responsabilidades. En el futuro quiere traerse a Yolanda y a las niñas. Todo se andará.

Ellos apenas gastan. Han alquilado una de las tres habitaciones de su casa a unos bolivianos. Viaja todos los años a Ecuador.

Sin embargo, Vinicio, a principios de 2008 le avisa que lo van a despedir y que como ha tenido varios trabajos eventuales no tendrá derecho a paro. En Julio Vinicio está sin trabajo y no puede conseguir otro. Flor María está de cocinera en un bar y le dicen que van a prescindir de ella. Hablan con la entidad financiera para el tema del préstamo hipotecario y otros. Pero no les dan facilidades. Tiene descubiertos y les amenaza con embargos. No consiguen más trabajo. En Ecuador Flor había terminado de pagar su vivienda.

Ni hablar de traer a su madre e hija. Ha tenido que recurrir a Cáritas para poder comer. Allí le aconsejan que averigüe las ayudas para retornar a su país.

En pocos meses ha sufrido más penurias que cuando llegaron. A ella le darán las ayudas al retorno voluntario. En Ecuador le esperan las niñas, la madre, la casa nueva y el calorcito de ese país. Para estar pobres que nos pille allí, es lo que piensa.

En España parece que cuando hubo dinero, aprovecharon su trabajo, pero ahora quieren también que se marchen. A pesar de todo se va con tristeza. Ojalá este país maravilloso levante la cabeza